Asteriscos (el capítulo perdido)

Me da un beso en la mejilla, rápido. Quiere sacarse de encima el formalismo para saber en dónde carajo se está por meter. Mira sobre mi hombro hacia el living de mi pequeño departamento. No avanza hasta que le digo "adelante". Prolongo la última "e". Mucho. Que boludo.
Da tres pasos cortos, quedando apenas delante mío. No se da vuelta, me ofrece su común espalda. Es que quiere saber en dónde mierda se metió. Mira todo. Trata de reconocer el ambiente en el menor tiempo posible. Demora mucho y hace que el silencio se haga notar. Gira repentinamente y puedo ver como mira desde el techo hacia al piso y vuelve hasta detenerse en mi cara.

—Lindo —dice.

Kitsch —respondo muy boludamente, levantando los hombros y poniendo cara de "es lo que hay".

—Lindo —repite en otro tono, uno que no me gusta.

—Lindo —asiento.

No sé si no se sienta por educación o por timidez. Está parada al lado del sillón, rígida, las piernas juntas, los pies pegados, las manos cruzadas sobre la pequeña cartera que cuelga a la altura de su pubis.
Está muy linda. Se puso muy linda. Se puso muy linda para venir. No sé si es tan linda. Hay muchas expectativas en ese maquillaje. Yo, sin bañarme y a medio camino de no poder pronunciar determinadas palabras. Tengo el tiempo contado.
Seguimos en silencio, esta vez por mi culpa.

—Sentate —digo, rompiendo el silencio—. Como en tu casa —agrego.

Se sienta, por fin. Por fin

—¿Querés tomar algo?— le pregunto. 

"Decime que sí porque me corto los huevos", pienso.

—Dale —responde.

—Hay cerveza, fernet y whisky.

—Un fernet.

—Eso sí, con Pepsi, no tengo Coca.

—No hay problema.

Claro que hay problema, se te nota en los ojos. Por qué no compré Coca, sólo el Diablo sabe. De todas las cosas en las que puedo ser controversial, elijo la más estúpida de todas. Esta noche no la pongo.
No importa, a lo mío. Agarro los vasos más grandes que tengo. Son de Transformers, mejor no. No quiero dinamitar mi ínfima chance de dar, por lo menos, un mísero beso. Agarro otros. Fernet, cinco hielos, completo con coca. Espuma perfecta. Para mí, cerveza. Dudo agregar whisky. Sí, ya fue. Listo.
Vuelvo con dos vasos y una sonrisa. Coloco el que tiene fernet frente a ella. Me agradece. Me siento en el lado desocupado del sillón.
Hay algo de su cara que me distrae al punto de perderme en lo que dice. No se da cuenta que estoy en cualquiera. Bien. Habla sobre arte conceptual. Odio el arte conceptual. ¿Cómo se llamaba? Uy, estoy hasta la mega pija, voy a tener que tratarla de "che" toda la noche.
Habla. No para de hablar. Intento determinar cuándo es que respira, pero fracaso. Mientras, tomo. Ella habla. Tomo un poco. Habla. Tomo un poco más. Sigue. Termino el vaso. Ella no va siquiera por la mitad, ni del vaso ni del discurso. Intento meter un bocado, pero me resbalan un par de palabras y quedo mal. Mejor me callo. 
Siento un cosquilleo detrás de los ojos. Tengo el tiempo contado.